Dejo atrás la forma, mi karma,
dejo en medio de la nada el sueño el deseo,
pienso en una mañana de ojos llorosos
pienso en la nada, que es el amor que conservo,
Pienso, en lo poco que creo, que vivo, lo que ya no siento,
y vivo pasmoso mi miedo, mi rencor mi veneno, mi centro.
busco perdón por pecados acaecidos y cometidos
pero no encuentro redención sino en mi perdición.
Confirmo lo dicho por los demonios que habitan en mi,
naci para luchar, para dar la cara, para sonreir al momento de matar.
naci para construir sobre la arena del mar, y
llorar por cualquier cosa ridícula, alejada de la verdad.
Vivo inmerso en un mundo de sueños retorcidos,
y solo digo lo siento, por no saludar y es que yo vivo como el viento,
sin lugar sin espacio, sin deseo aparente, robando tu magia.
Haciendo de mi indignidad, una virtud que tu sepas amar.
Y es que escribo inmerso en una piscina de dolor,
mientras las voces lacónicas luchan en las calles,
y las piedras rozan las almas de de la indiferencia
y mientras todos mueren de impaciencia,
Me veo sentado, fumando, con los zapatos lustrados,
los cordones sin atar, anhelando un beso y
el miedo recorriendo mi carótida porque
mi cobardía es en esencia lo que me hace enloquecer,
Pero es que es sentir que no lo puedes lograr
lo que a mi corazón, insano hace enervar,
porque no sabré cómo ni cuando llegar,
y mi suerte siempre anda al revés...
pero que más da, un vaso de ron hará que mi corazón sepa a donde quiere llegar
y ese es mi único lugar, destino y verdad.
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