lunes, 4 de agosto de 2008

N:N.

N.N.

Un grito ahogado, al final,
es testigo de tu maldad,
espacio del susurrante dolor de tu realidad
bala de frio metal, carne llena de cal

Clavos, agujas, cadenas, cruces son todas una señal,
que más alla de tu Dios, estás tú el asesino,
animoso, valiente, bordo como el buen vino
piedra del infieno que en su centro es pura frialdad.

Tú el que reza, tú el que ofrenda, tú el que mata
tú el fisgón, el poseso, el del azul escarlata
el intelectual forajido que a su Dios jamás ha mentido

Tú que en tu hablar y en tu caminar reflejas bondad,
juegas a dar felicidad por un poco más de notoriedad,
Tú el que hace del silencio sinónimo de orfandad
eres paladín y presencia omnipresente de la maldad,

Mesías del tiempo, de los muertos por soñar,
algún día la sangre inocente te ha de juzgar
por no haber sido capaz de oportunidades entregar,
y así yo moriré sin tener el miedo de esperar

que tú el que me mira a través del reflejo de esta gran sociedad,
deba regresar...


A los que jugaron y juegan a gobernar esta nuestra querida tierra

Latinoamérica

1 comentario:

MIK dijo...

Mi estimado maestro y amigo, Sea bienvenido a la blogosfera con mi mayor deseo de felicidad para ud. en esta nueva etapa al frente del blog.
Excelente esa foto de Guayasamín, como bien me enseñaste en mis horas más aciagas y en mis momentos más lúdicos también... Las lagrimas no son en vano.
Un fuerte abrazo, de esos que parecen abrazar el alma para ti y muchos parabienes en este espacio.